¿Es posible tener una contractura en la vagina?
Cuando hablamos de músculos, especialmente en áreas como el cuello o la espalda, es común asociar la palabra "contractura" con sensaciones de tensión o rigidez. Sin embargo, en el caso de la musculatura del suelo pélvico, y particularmente de la zona vaginal, esta idea requiere matices y una explicación más precisa para evitar confusiones.
La palabra "contractura" se usa coloquialmente para describir sensaciones de exceso de tensión o falta de elasticidad en el tejido muscular. Pero los músculos no se contracturan; los músculos se contraen. "Contractura" no es un término médico preciso, sino una forma común de describir una interpretación del sistema nervioso central que genera un aumento de tensión muscular sin un daño físico en el músculo. Por lo tanto, la sensación de "contractura" no implica necesariamente una lesión física, y menos aún cuando hablamos de los músculos del suelo pélvico.

¿Se puede tener una "vagina hipertónica"?
La hipertonía vaginal, o aumento patológico del tono en la musculatura lisa de la vagina, es un concepto que aplica únicamente en situaciones de lesión neurológica compleja, como una lesión medular. En estos casos, las mujeres pueden experimentar un aumento del tono muscular que afecta su capacidad de excitación y lubricación. Sin embargo, para la mayoría de las mujeres sin una condición neurológica de fondo, la tensión en el suelo pélvico no equivale a una "vagina hipertónica".
Exploración y diagnóstico: cuando el suelo pélvico parece "tenso"
Entonces… ¿Qué es eso de tener una contractura en la vagina?
Cuando tu fisioterapeuta de suelo pélvico realiza una valoración muscular, una de las maniobras utilizadas es la palpación manual. Esta exploración se realiza introduciendo uno o dos dedos en el canal vaginal.
A través de las paredes de la vagina, podemos notar la musculatura de tu suelo pélvico. Y es tu suelo pélvico el que recibe esa calificación en cuanto a la percepción de su tono muscular. Pero tampoco se contractura.
Espero que lo vayas pillando… "Contractura" no define nada a nivel médico o clínico. Es un término coloquial.
Tu suelo pélvico puede tener un tono muscular variable, más o menos elevado, en ausencia de lesión neurológica. O puede haber un espasmo muscular, es decir, una contracción sostenida del músculo que tú no puedes soltar de manera voluntaria. Este espasmo puede estar asociado a síntomas, por ejemplo, de dolor.
Como descripción más concisa, esto sería más adecuado que afirmarle a una paciente que en su vagina hay hipertonía o tiene una contractura en la vagina.
¿Por qué se produce esta tensión muscular en el suelo pélvico?
El suelo pélvico puede tener un tono muscular variable, que puede aumentar por factores de estrés, postura o falta de relajación muscular voluntaria. A veces, esta tensión sostenida, puede estar asociada con síntomas de dolor o incomodidad, pero no es una "contractura" ni indica un daño estructural en el músculo.
La tensión en el suelo pélvico puede ser una reacción del sistema nervioso central ante una percepción de amenaza o estrés. El cerebro, al interpretar una situación como potencialmente dañina, activa una respuesta de protección, manteniendo los músculos en tensión incluso cuando no hay un peligro real.
Esta reacción es común en condiciones como el vaginismo o la dispareunia (dolor en las relaciones sexuales), donde los músculos del suelo pélvico se contraen involuntariamente, generando malestar o dolor.
En otras muchas ocasiones, el incremento del tono del suelo pélvico se debe a respuestas de adaptación. Es decir, el suelo pélvico, que participa en la estabilidad de la pelvis, el sostén de las vísceras y la continencia, puede compensar desequilibrios que vienen de otros segmentos corporales.
¿Cómo se trata esta tensión?
El tratamiento debe centrarse no solo en aliviar los síntomas físicos, sino también en reeducar al sistema nervioso central para que deje de percibir la zona pélvica como una amenaza. Esta reeducación puede lograrse a través de la educación en dolor y técnicas de relajación, como la respiración diafragmática y la relajación muscular progresiva. Estas técnicas pueden ayudar a reducir la hiperactividad del sistema nervioso y, por ende, la tensión muscular.
La terapia manual aplicada en la zona y a distancia, para mover las estructuras musculares y las articulaciones de la pelvis, el uso terapéutico de ejercitadores vaginales (dildos o dilatadores) y la vibración, también son recursos interesantes en fisioterapia de suelo pélvico para resolver esta condición.
La aplicación de tecnología avanzada, como la radiofrecuencia o las ondas de choque, son altamente eficaces en resolver un espasmo del suelo pélvico, es decir, eso que coloquialmente se llama "contractura en la vagina".
La contractura en la vagina no existe
Es importante que los profesionales sanitarios hablemos con rigurosidad para no generar una creencia que puede perpetuar un síntoma o empeorar un problema.
La idea de una contractura en la vagina no es un concepto médico preciso. En cambio, lo que se experimenta es una tensión muscular debida a una reacción protectora del sistema nervioso central, que genera una contracción muscular involuntaria.
Con un enfoque adecuado es posible reducir esta tensión y mejorar el bienestar y la calidad de vida. Pero, no, no tienes una contractura en la vagina.
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