Coxigodinia, dolor en el coxis: causas y tratamiento con fisioterapia
¿Notas un dolor punzante al sentarte?
¿Te cuesta encontrar una postura cómoda cuando trabajas, conduces o estás en el sofá?
¿Sientes una presión profunda en la base de la columna que empeora al levantarte o después de pasar mucho rato sentada?
Si estás asentando con la cabeza, es posible que padezcas coxigodinia, un problema mucho más frecuente de lo que parece y que puede afectar a tu día a día, tu descanso e incluso a la función del suelo pélvico.

¿Qué es la coxigodinia?
La coxigodinia es una condición que provoca dolor en el coxis, la parte más baja de la columna vertebral. Este pequeño hueso, formado por varias vértebras fusionadas y unidas al sacro mediante ligamentos y articulaciones, cumple una función importante: dar soporte a los músculos del suelo pélvico, responsables del control de la vejiga, el intestino y de parte de la función sexual.
Síntomas
El principal síntoma es el dolor localizado en la zona del coxis, que puede variar desde una molestia leve hasta un dolor agudo que se irradia hacia el sacro o el periné.
Este dolor suele intensificarse al sentarse, al levantarse o al realizar esfuerzos físicos, y con frecuencia se acompaña de sensibilidad o dolor al tacto en la zona.
Causas
La coxigodinia puede tener múltiples orígenes. Entre las causas más habituales se incluyen:
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Traumatismos, como una caída sobre las nalgas.
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Partos complicados o instrumentados.
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Posturas mantenidas o inadecuadas al sentarse.
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Obesidad o pérdida de peso brusca, que alteran la presión sobre el coxis.
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Procesos inflamatorios o degenerativos, como la artritis.
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Infecciones, quistes o tumores en la región sacrococcígea.
En algunos casos, el dolor se debe a una luxación o subluxación del coxis, que modifica el ángulo de unión con el sacro y genera tensión en las estructuras vecinas.
¿Existe solución para este dolor?
El tratamiento de la coxigodinia dependerá de la causa y de la intensidad del dolor. Algunas medidas eficaces incluyen:
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Aplicar calor o frío local para aliviar la inflamación.
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Usar cojines reductores de presión al sentarse.
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Tomar analgésicos o antiinflamatorios, siempre bajo prescripción médica.
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Realizar ejercicios de estiramiento y fortalecimiento del suelo pélvico.
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Recibir fisioterapia especializada, que puede incluir técnicas manuales, terapia miofascial o ondas de choque.
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Utilizar radiofrecuencia para mejorar la vascularización y relajar la musculatura.
En los casos más severos o persistentes, puede ser necesario recurrir a infiltraciones locales o tratamiento quirúrgico.
Tu dolor de coxis tiene relación directa con el suelo pélvico
La conexión entre el coxis y el suelo pélvico es muy estrecha. El coxis es el punto de inserción de varios músculos pélvicos, por lo que cualquier disfunción en esta zona puede afectar al equilibrio muscular y funcional del suelo pélvico.
Un aumento del tono o espasmo muscular puede generar o perpetuar la coxigodinia, y a su vez, el dolor en el coxis puede contribuir a problemas como estreñimiento, hemorroides o disfunciones sexuales.
Por ello, el abordaje más eficaz es multidisciplinar, combinando fisioterapia pélvica con otras estrategias médicas y posturales para recuperar la movilidad, aliviar el dolor y restaurar el equilibrio del suelo pélvico.
Técnicas de fisioterapia útiles para aliviar la coxigodinia (desarrolladas en detalle)
Terapia manual especializada en coxis y suelo pélvico
La terapia manual es una de las intervenciones más eficaces cuando el dolor del coxis se relaciona con restricciones de movilidad, tensión ligamentosa o alteraciones en el tono muscular de la zona. Puede realizarse externamente, sobre estructuras como sacro, glúteos o ligamentos sacrotuberoso y sacroespinoso, o internamente (vía rectal), cuando se necesita un abordaje más directo de las articulaciones del coxis y del elevador del ano.
Los objetivos principales son:
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Restaurar la movilidad del coxis y su relación con el sacro.
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Liberar tensión en ligamentos sacrococcígeos, que pueden estar rígidos o inflamados.
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Reducir puntos gatillo miofasciales en glúteos profundos, piriforme o pubocoxígeo.
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Normalizar el tono del suelo pélvico, especialmente en casos de hipertonía que generan dolor reflejado hacia la zona coccígea.
Este trabajo favorece una mejor biomecánica de la pelvis, disminuye la inflamación local y mejora la función del suelo pélvico.
Ondas de choque
Las ondas de choque son una herramienta muy eficaz en cuadros de coxigodinia persistente o cuando existe dolor crónico. Consiste en aplicar impulsos mecánicos de alta energía sobre la zona afectada o sobre estructuras relacionadas.
Beneficios principales:
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Mejora la vascularización del tejido, favoreciendo la regeneración.
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Reduce la inflamación crónica, típica en coxis que ha sufrido microtraumatismos repetidos.
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Disminuye la sensibilidad dolorosa al modular los receptores nociceptivos.
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Favorece la reorganización del colágeno, útil en fibrosis ligamentosa o puntos de tensión.
Se aplica habitualmente sobre ligamentos sacrococcígeos, glúteos, piriforme y zonas adheridas. En manos expertas, es una técnica segura y de resultados rápidos.
Radiofrecuencia (tecarterapia)
La radiofrecuencia utiliza energía electromagnética para generar un aumento de temperatura profunda y controlada en los tejidos. Es especialmente beneficiosa cuando hay dolor persistente, músculos hiperactivos o baja vascularización.
Sus efectos terapéuticos incluyen:
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Incremento del flujo sanguíneo, lo que acelera la reparación de tejidos.
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Relajación de la musculatura alrededor del sacro, glúteos y suelo pélvico.
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Disminución de la rigidez de ligamentos y fascias que rodean el coxis.
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Efecto analgésico al modular la conducción del dolor.
También se puede aplicar de forma interna, lo que permite llegar a planos más profundos relacionados con el dolor coccígeo.
Neuromodulación percutánea con agujas
La neuromodulación es una técnica avanzada que utiliza agujas finas (similares a las de punción seca) conectadas a un dispositivo de corriente eléctrica de baja frecuencia. Su finalidad es mejorar la comunicación entre los nervios y el tejido muscular, deshacer patrones de dolor o contracción mantenida y restaurar el control neuromotor.
En la coxigodinia, se suele actuar sobre ramas nerviosas relacionadas, como:
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Ramos del nervio pudendo
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Ramos del plexo sacro
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Nervio glúteo inferior
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Trayectos musculares que se refieren al coxis (piriforme, elevador del ano, glúteos profundos)
¿Cómo ayuda?
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Reduce la hipersensibilidad nerviosa de la zona.
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Libera espasmos musculares profundos que muchas veces perpetúan el dolor.
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Reequilibra la actividad neuromuscular del suelo pélvico.
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Disminuye el dolor irradiado hacia periné o sacro.
Es una técnica especialmente útil en coxigodinia asociada a hipertonía pélvica o dolor neuropático.
Ejercicios terapéuticos específicos
El ejercicio terapéutico es un pilar fundamental en el tratamiento y mantenimiento de la mejora. No se trata solo de "fortalecer", sino de recuperar la movilidad, el control motor y la función global de la pelvis.
Según la causa, pueden incluir:
Movilidad lumbosacra y de coxis
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Movilizaciones suaves del sacro y coxis.
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Balanceos pélvicos en sedestación o cuadrupedia.
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Ejercicios específicos para liberar tensión en la unión sacrococcígea.
Estiramientos dirigidos
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Glúteo mayor y medio.
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Piriforme.
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Musculatura paravertebral lumbar.
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Aductores cuando hay tensión asociada.
Trabajo del suelo pélvico
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Relajación mediante respiración, técnicas de descenso y control de presión abdominal.
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En casos de debilidad, activaciones suaves coordinadas con el diafragma.
Control motor
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Activación del transverso abdominal.
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Integración del movimiento pélvico en patrones funcionales (sentarse, levantarse, caminar).
Este tipo de programa es esencial para evitar recaídas y recuperar el soporte adecuado de la zona.
¿Convives con este dolor? No tienes por qué hacerlo.
La coxigodinia sí tiene solución, y la recuperación suele ser muy buena cuando se realiza un abordaje adecuado y específico.
En consulta podemos:
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Evaluar la movilidad del coxis, sacro y pelvis.
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Valorar tu suelo pélvico y su relación con el dolor.
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Identificar la causa real (hipertonía, traumatismo, postura, degeneración, etc.).
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Diseñar un tratamiento totalmente personalizado.
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Acompañarte con las técnicas más eficaces: terapia manual, neuromodulación, ondas de choque, radiofrecuencia, ejercicio terapéutico…
Si el dolor en el coxis te limita, no esperes a que "se pase solo". Cuanto antes se evalúe, más rápida suele ser la recuperación.
Estamos aquí para ayudarte.
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